Reflexión Cultural # 1

Durante la fin de semana, fui a la isla de Taboga. Fuimos a una casa de un amigo del tío (un hombre muy simpático y cómico) de una chica en este programa. Fue una experiencia increíble, hizo mucho sol y el agua fue muy clara y azul. Muy cerca de la playa está la casa. Era muy conveniente tener una casa muy cerca de la playa donde pudimos guardar nuestras cosas. A mediodía, el tío de Alex nos enseñó cómo cocinar un almuerzo de comida típica panameña con arroz y patacones. Él es muy simpático y cómica.

Después del almuerzo, caminamos por la isla para explorar el pueblo. Antes de salir, pasamos mucho tiempo hablando juntos y con el tío quien nos contó unas historias sobre su vida. También, nadamos en el agua y encontramos conchas y cristales de mar en la arena. Todo la gente en nuestra programa fueron a Taboga esa día y por eso, fue una oportunidad muy bien conocerle mejor a todas las personas.

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La próxima día, fuimos al Vallé de Antón. Allí, quince personas más o menos de la Universidad de Delaware subieron la montaña se llama La India Dormida. Una caminata de dos horas y media encima de una montaña escarpada no era lo previsto ni esperado pero las vistas de la cima de la montaña eran vale la pena. Después de la caminata, fuimos a un mercado en la calle principal del pueblo donde compré unos regalos para mi familia.

Esa noche, tres de mis amigas y yo pasamos la noche en un hotel muy bonito. La tía de unas de mis amigas (se llama Sarah) tiene una amiga (se llama Terri) quien vive en el Valle. Nosotros acompañamos su familia para la cena esa noche y comimos comida deliciosa. Hablamos con su familia sobre nuestras experiencias en Panamá hasta ahora y sobre sus vidas.

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Esta semana, empezamos trabajar al orfanato. El primer día yo nadé en la piscina y yo pretendía ser un avión mientras los niños sostuvieron mis manos. Las dos días después, hice pulseras del hilo y les enseñé a los niños cómo hacerlas. La próxima semana, planeo hacer pulseras otra vez porque a los niños le gusta mucho aprender cómo hacerlas. El martes, voy a nadar otra vez y jugar juegos en la piscina como pretender ser avión porque hizo a los niños reír y jugar con una balón de playa. El miércoles haré otras actividades como manualidades por ejemplo, pintura unas páginas en un libro para colorear.

Un gran aventura

La Ciudad de Panamá

Todavía he tenido muchas aventuras en Panamá. Por ejemplo, ayer fui (con Caitlin, Tyler y Katie) a unas islas de San Blas donde aprendí que San Blas contiene 365 islas, pero la gente indígena, llamado los gunas, solamente vive en 49 de las islas. Nuestro conductor era un guna (un tipo de la gente indígena en Panamá) que se llama Pacífico. Pienso que su nombre es irónico porque San Blas está al otro lado de Panamá, en el Atlántico. Pues, Pacífico es muy interesante porque él nos dijo algunos de sus tradiciones y costumbres durante nuestro viaje. Algo que me fascinaba de él es que los gunas comen muchas iguanas durante febrero, marzo e abril. Pero, a él no le gusta la iguana porque se necesita masticar mucho y a él le disgusta el sabor. También aprendí que Pacífico era policía de la frontera por ocho años (más o menos) pero se aburrió y quitó su trabajo. Pacífico nos dijo que él pasó un año en Haití trabajando. Además, hace ocho años que es un conductor para los viajeros a San Blas. Es muy triste porque muchos de los gunas necesitan salir sus islas para encontrar trabajo en la ciudad o otros lugares porque no hay muchos trabajos en las islas a pesar de los del turismo. Pasamos muchas de las islas y pudimos ver la pobreza en muchos lugares. También él mencionó que en general hay una buena relación entre el gobierno panameño y los gunas, que no hay racismo en sus ojos. Es muy interesante porque creo que ya hay algún racismo en los Estados Unidos. Era un privilegio hablar con Pacífico y aprender sobre los gunas por uno de ellos.

Compré dos molas, o textilos que hacen los gunas. La primera es más tradicional que la segunda.

Llegamos a una de las islas en San Blas después del viaje que exigió dos horas por carro (Jeep 4×4 con Pacífico) y una hora por taxi de agua (con otros gunas). Cuando tomamos el taxi de agua para ir a la isla, conducimos contra las olas. Por eso, el viaje era un poco peligroso, pero llegamos y regresamos sin problemas. La isla era muy pequeña pero muy bonita. El paisaje es como algo de un sueño, con muchas palmas, las hamacas para descansar, una buena clima y agua tan claro como un cristal. Me encantan las playas tropicales, y por eso, me disfruté mucho. En la isla nosotros nadamos, buceamos (y vimos muchos pescados de colores brillantes) y tomamos el sol. También comimos en el restaurante; comí pollo frito con patacones. ¡La comida era muy rica! Había una isla muy cerca de nuestra isla que tenía una piscina natural, pero no podíamos ir porque tuvo problemas con la marea. ¡Qué lástima! Pero ya valía la pena (y el dinero) si solamente para ver la isla perfecta.

Las hamacas son perfectas para descansar debajo de las palmas.

San Blas contiene 365 islas.

El paraíso de Panamá está en San Blas.
También tuve varias aventuras de otros enfoques hace que llegué a Panamá. La semana pasada, nuestro grupo fue a un centro para niños que no tienen familia o que viven en casas peligrosas, donde hicimos servicio comunitario. El primer día era abrumador porque había treinta niños emocionados en la piscina. Pero los otros dos días eran mejores porque no había tantos niños como el primer día y ellos estaban más tranquilos en general. En particular, conocí a Ricardo en la piscina el primer día cuando él y sus amigos no obedecieron mis reglas por correr alrededor de la piscina. Entonces el próximo día cuando regresé, nadé con Ricardo y sus amigos para conocer a él. Su conducta mejoró mucho, y por eso estaba muy orgullosa. El último día, les enseñé a ellos bajar del golpe mejor porque cuando era niña, era parte del equipo de natación por 8 años. También, trabajé como salvavida por uno verano, y yo nado bién. Después de su lección, los niños (incluyendo Ricardo) y yo competimos en nadar. Todos se disfrutaron porque a los niños les encanta nadar y competir.

¡Adios!

Mi Primera Semana en Panama

Durante mi primera semana en Panamá, yo aprendí sobre muchas cosas y fui a lugares diferentes. Primero, aprendí sobre los medios de transporte y el área general alrededor de mi casa. El jueves, fuimos al Parque Natural Metropolitano de Panamá para hacer senderismo. Yo vi una de las mejores vistas de la cima de la montaña. Yo aprendí que esta montaña es la segunda más alta de la ciudad después de Cerro Ancón.

Durante el primero fin de semana en Panamá, fui a la isla Taboga con otros estudiantes de la clase. Pienso que fue una experiencia inolvidable. Por la mañana, tomamos un barco por un poco menos de una hora para llegar a la isla. Me encantan los barcos y por eso, este viaje era perfecto. Me sentí muy cerca de la naturaleza y pienso que nunca he visto un lugar tan hermoso. Me encantó la playa mucho y pensé que era como un cuadro. Yo nadé por tres horas y me divertí mucho. Yo coleccioné algunas cascaras y vidrio de mar también. En totalidad, la belleza de la playa me hizo muy alegre y libre.

    

También, tuve la oportunidad de probar la comida auténtica  de Panamá. El tío de Alexandra cocinó arroz con verduras y patacones. Me gustan los patacones mucho. Yo miré cuando él los preparó y aprendí el proceso para cocinar los patacones. Tengo un video de eso aquí. Pienso que cuando voy a regresar a los Estados Unidos, voy a cocinarlos  para mi familia. Es muy fácil pero sabe muy bien. Primero, “nuestro tío” cortó los plátanos en trozos. Después de limpiar los, el frió los plátanos en aceite. Entonces, esperó un poco y aplastó los plátanos con un vaso. A continuación, el frió los plátanos aplastados. Finalmente, él sirvió los patacones con una poca sal.

Después, yo tuve una discusión larga con el amigo del tío de Alexandra. Se mudó a Taboga hace ocho años pero el visita la ciudad a veces. Yo le pregunté sobre su niñez y el estilo de vida en Panamá y en Taboga. Me contó que cuando era un niño, el vió los barcos del militares franceses que pasó por la isla. También me contó que el presidente Bill Clinton de los Estados Unidos se quedó en la isla Taboga durante una de sus vistas. Yo aprendí que algunas personas descubrieron los tesoros de los piratas cerca de su casa en Taboga y ellos necesitaron romper la pared antigua para obtener eso tesoro. El tesoro esta en el museo ahora.Yo pregunté sobre las otras islas cerca de Taboga también. Aparentemente, hay las estaciones en las islas donde los barcos pueden tomar la gasolina.  Pienso que charlamos por más que una hora y yo aprendí mucho sobre Panamá y Taboga.

La semana pasada, yo conocí a los niños del orfanato. Me gusta pasar el tiempo con ellos. A veces me olvidé que ellos tenían una vida muy dura y algunos de los niños habían sido maltratados horriblemente. Ellos son muy encantadores y es fácil perder la noción del tiempo cuando yo juego con ellos. Para la próxima semana, voy a tratar de enseñar cómo hacer las pulseras a los niños. Yo pienso que es muy fácil y es muy divertido. Voy a interactuar con los niños mucho y quiero traer un poco de alegría a sus vidas.

Michelle Kenney Reflexión Cultural #1

Solamente he estado en Panamá por un poco más de dos semanas, pero he aprendido mucho en este tiempo.  He visto lugares extraordinarios, he conocido personas muy maravillosas, y he cambiado mi perspectiva de la vida con el servicio comunitario.

Viajé a muchos sitios muy interesantes en mí tiempo libre, que incluyeron Panamá Viejo, Isla de Taboga, El Valle Antón, e Isla Grande.  Primero, un día después de las clases, Amanda, Jenny, Cristina, y yo decidimos a ir a Panamá Viejo para ver las ruinas y pasar tiempo en el aire libre.

Estas ruinas son los remanentes de un asentamiento de los españoles que fue creado en 1519 por Pedro Arias Dávila y cien otras habitantes.   En 1521, el pueblo fue promovido a una ciudad, que se llamaba Panamá, y era una base importante para oro y plata.  Durante los años de 1539 hasta 1563, dos fuegos dañan la ciudad, pero sobrevivió, y en 1610, Panamá tenía una población de cinco mil personas.   Además, en siglo XVII, la ciudad fue atacada por piratas e indios, y también sufrió de un terremoto y otros fuegos.  Finalmente, en el 28 de enero de 1671, Henry Morgan, que era una pirata galés, atacó la ciudad de Panamá, y sus fuerzas usaron un fuego que destruyó la ciudad y mató a muchas personas.  Entonces, Panamá fue reconstruido en un nuevo sitio, que se llama Casco Viejo hoy.

Era muy sorprendida por la cantidad y el tamaño de las ruinas, y tomé muchas fotos con los edificios antiguos de piedras.  También, nosotros decidimos a subir las escalaras de la torre de campana, y cuando llegamos a la parte superior, había una impresionante vista de las ruinas del pasado y también de la ciudad nueva.  Después de ver todas las ruinas, nosotros buscamos en las tiendas pequeñas para recuerdos.  Cuando caminábamos en una de las tiendas, el dueño de la tienda nos preguntó si cualquier de nosotros tocaba el piano.  Yo sé algunas canciones en el piano, pues, toqué un canción para él, y entonces, el tocó un canción para nosotros.  Fue una experiencia muy interesante y única para mí.

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En el primer fin de semana, casi todo el grupo de estudiantes decidió a ir a Isla Taboga para conocer el tío de Alex, y también, pasar todo el día a la playa muy bella.  Fue una experiencia muy increíble porque recibí la oportunidad a ver una de las casas de la isla, y pasar mucho tiempo con todos mis nuevos amigos.  La vista de la isla fue muy espectacular, y tomé una cantidad extrema de fotos.  El tío de Alex nos cocinó el almuerzo de arroz y plátanos fritos, que se llama patacones, y esta comida fue muy deliciosa.  Para cocinar patacones, no se usa un proceso muy difícil, pero en general, solamente se necesita aplanarlos y freírlos.  Se puede añadir la sal para sabor, pero no es necesario.  Esta comida es muy común en Panamá, y se puede compararla a las papas fritas en América. Después, nosotros exploramos el pueblo de la isla, y entonces, regresamos a la playa antes de que el transbordador llegó.  En total, este viaje fue una experiencia muy perfecta, y siempre voy a recordar la belleza de Taboga.

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Durante el tiempo en Panamá, he conocido muchas personas excelentes, pero Berenice, nuestra empleada, se destaca mucho por sus acciones muy amables y cariñosas.  Desde el primer día que llegué en este país, ella se aseguró que Amanda y yo siempre estábamos cómodas en la casa.  Nos cocinó todas las comidas cada día, y nos ayudó con cualquier cosa.  Si tengo una pregunta, yo sé que ella va a saber la respuesta, y si no, ella me ayudaría a buscar para la información necesario.  Berenice nos enseñó mucho sobre la cultura panameña, especialmente sobre el desayuno común.  Ella nos preparó muchos desayunos populares como huevos, tortillas de maíz, jamón y queso, y pavo en una pita.  Estas comidas son muy interesantes y diferentes para mí, porque este desayuno es más similar al almuerzo en los Estados Unidos.  También, cuando yo oigo la palabra “tortilla,” pienso en un tipo de pan muy plano, pero en Panamá, una tortilla es muy gruesa y frita. Además, hablé mucho con Berenice sobre mis restricciones de comida, y ella era muy complaciente cuando no pude comer alguna comida.  En general, Berenice es una mujer muy asombrosa que hace este viaje mucho más fácil para mí en todos los sentidos, como una madre. La idea de una empleada, quien vive en la casa todo el tiempo, es muy nueva para mí porque este trabajo no es común en los Estados Unidos, a menos que una familia tiene mucho dinero.  En mi casa, mis padres y toda la familia hacen todos los quehaceres y cocinen todas las comidas sin ayuda.  Sin embargo, cada dos semanas, una limpiadora viene a mi casa para hacer la limpieza y pasar la aspiradora.

Finalmente, una de mis partes favoritas de este viaje es el servicio comunitario. Me gusta trabajar con niños, y esta actividad es aún mejor porque yo sé que los niños no reciben toda la atención que se merecen.  Sin embargo, me encanta la idea que un sacrifico de dos horas de mi tiempo puede mejorar sus vidas y añadir un poco más divertido en sus días.  En el primer día del servicio comunitario, traje muchas manualidades para hacer tortugas y serpientes, y a los niños les gustan mucho.  Creo que ha hecho por lo menos cincuenta tortugas.  Quemé mis manos muchas veces, pero todavía era muy divertido.  Los otras días, pasé mucho del tiempo pintando y dibujando con los niños, y hablé mucho con ellos sobre sus animales y colores favoritos.  Conocí dos hermanas, Debbie y Milanos, quienes eran tan lindas y amables.  Estoy emocionada para pasar más tiempo con ellas, y también conocer el resto de los niños.  Quiero ir a la tienda para comprar una pelota para el juego de cuatro cuadras, y también pinturas de uñas.  Voy a aprovechar el tiempo limitado con los niños, y también Panamá, para crear un viaje muy memorable.

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He estado en Panamá por casi dos semanas y durante ese tiempo, he visto y tenido muchas experiencias nuevas. Me encanta mi familia anfitriona porque ellos me han acogido en su casa con brazos abiertos. También, a comida en casa es deliciosa. Ese es diferente para mi porque cuando estaba en Chile el año pasado, mi familia anfitriona no nos quiso hablar y la comida era blanda.

La Ciudad de Panamá es muy desorganizada y muchas veces tengo dificultades para saber donde estoy en relación con mi casa o la universidad en un momento. Pero es un lugar muy interesante con dos o tres centros comerciales en un radio pequeño en solo El Dorado. También, hay muchos parques nacionales en la cuidad que me interesan porque donde vivo en los Estados Unidos, no hay muchas parques grandes protegidos del gobierno.

He visitado muchos lugares en y afuera de la ciudad pero solo voy a hablar sobre dos ahora. En la cuidad, mi lugar favorito era el Parque Nacional Metropolitano. Allí, pude caminar por los árboles y subir un cerro escarpado para encontrar una vista de toda la ciudad. Me encantó porque cuando voy a un lugar nuevo, me gusta buscar un lugar alto para ver todo. Cuando estaba en el parque mirando la ciudad, finalmente realicé que estaba en Panamá. También, encontré tortugas en un estanque y un perezoso en un árbol. ¡Nunca había visto un perezoso en persona antes!

Mi otro lugar favorito era El Valle de Antón. Cuando estaba allí, no tuve suficiente tiempo para hacer todo que quise pero pude subir una montaña llamada La India Dormida. La caminata era más difícil de lo que pensaba que será pero la vista valió la pena. Subimos casi 1000 metro sobre el nivel del mar para ver la vista y bromear sobre casi cayendo de la montaña. Me encantó por los mismos razones que el parque. Pude ver todo en El Valle en un momento. Algo molesto del viaje a El Valle era que no había ningún plan y por eso, personas no pudieron hacer todo que quisieron. Si hay tiempo, me gustaría volver otra vez o voy a pasar más tiempo allí el siguiente tiempo cuando estoy en Panamá.

He conocido a mucha gente durante mi tiempo en Panamá. Habían el tío de Alexandra quien no enseñó a cocinar arroz y patacones cuando estábamos en Taboga, un hombre llamado Anel quien pagó por mi café después de hablar con él y su esposa en una fila en un restaurante para desayuno, los entrenadores en un gimnasio donde fui para hacer ejercicio dos veces antes de mi hombro empezó a dolerme otra vez (lo disloqué en Junio y todavía tengo dolor crónico), y otras. El hombre de quien quería hablar es un pintor viejo a quien conocí en un mercado artesiano al lado de las ruinas de Panamá viejo.

Se llama Thomas Orozco y pinta pinturas abstractas y originales. Él habló con Sara, Katie y yo y nos dijo que la cosa más importante en la vida es la sinceridad. Habló sobre que él nunca copia ni las pinturas de otros pintores ni fotografías. También, habló sobre la religión y como no es importante ser parte de una religión formal para creer en Dios o para ser una buena persona. Me gustó el sermón porque yo no identifico con una religión especifica pero fui criado para creer en algo más grande que yo. Me molesta que los catedrales católicos son decorados con oro y joyas preciosas y que usan el dinero para sus mismas cuando en el mismo tiempo, están hablando como ser una buena persona y que tenemos que ayudar nuestros vecinos. En mis experiencias, los catedrales no quieren ayudar a cualquier persona; solo quieren ayudar a personas con las creencias mismas como las suyas. Thomas nos dijo que la única cosa que tengo que hacer para ser una buena persona es ser sincera y ayudar la gente sin preocupándome con el dinero. Él también habló sobre buscando la belleza en la vida cotidiana. Para mostrar eso, Thomas tocó el piano para nosotras. Compré una de sus pinturas pequeñas y si tengo la oportunidad, me gustaría volver para comprar otra.

En las Aldeas Infantiles la semana pasada, yo pasé el tiempo con cualquier niño quien quiso a alguien para jugar con él. Tengo tiza para usar en el concreto pero no pienso a los niños les interesó. También, voy a traer cartulina y creyones cuando necesitamos más para los niños que quieren dibujar. Me encanta el tiempo en las aldeas. Los niños son divertidos y también son curiosos. Son llenos de energía. Es agotador pero todavía es más fácil que trabajar en un campamento de verano porque hay más de nosotros que hay de los niños. Es difícil cuando ellos hablan y usan palabras nuevas y no saben como explicarlas y entonces no puedo ayudar pero la experiencia es útil porque puedo saber lo que todavía no sé. ¡Estoy emocionada para volver esa semana!