La seguna semana

La segunda semana – Rachael Molitor

Las ruinas de Panamá Viejo.

Esta semana fuimos al Panamá Viejo y era muy hermosura. Este lugar es muy importante en la historia de Panamá y fue muy interesante aprender la historia. Creo que hizo mi experiencia en la ciudad más significada porque entiendo mejor la historia de la ciudad. Tomé una foto de la torre y captura la nueva ciudad y las antiguas ruinas.  Para visitar antiguas ruinas me recuerdo que los Estados Unidos no tienen tanto historia como Panamá.  Panamá es un país más viejo que los Estados Unidos y en mi opinión, tiene más historia y ruinas antiguas que mi estado en los estados unidos o casi cualquier parte de los Estados Unidos para ser honesta.  Es muy raro encontrar ruinas o edificios en los Estados Unidos que se remontan al mismo período de tiempo de las ruinas de Panamá viejo.

La yuxtaposición entre las ruinas y la nueva ciudad.

Fuimos al panamá viejo y conocimos una mujer local, Mariflor, que nos dio un tour de las ruinas.  Era muy divertido hablar con Mariflor porque era muy amable y graciosa.  Aprendí mucho sobre la historia y la significancia sobre las ruinas porque Mariflor estudió historia en la universidad.  Después de Panamá viejo, fuimos al festival de Jazz con Mariflor. A Mariflor le gusta Violeta Davis, el acto principal del festival.  También, hablemos con sobre la historia de la música de jazz en Panamá.  En mi opinión, este festival de jazz fue muy similar de un festival de jazz en los Estados Unidos. Fue muy similar de los festivales en los Estados Unidos porque había muchas personas, fue afuera en un campo, y había comida y tiendas con muestras de alimentos por gratis. También, cada verano, mi madre y yo vamos a un festival de jazz en un parque a cera de nuestra casa y la música es la misma de la música en el festival en Panamá.  Este festival me recuerdo de los festivales con mi madre.

Los niños de Aldeas Infantiles SOS Panamá son muy lindos pero unos pocos son traviesos. Esta semana, enseñé una niña a nadar.  Al principio, ella estaba asustada, pero un poco a poco ella empezó a disfrutarse.  Fue una experiencia inolvidable porque ser capaz de nadar ha sido un parte importante de mi vida.  Cuando yo era niña, nadaba en un equipa de nadar cada verano por catorce años y ganó muchos trofeos.  Me encanta nadar y es importante para mí para compartir mi talento con otros.  También, ser capaz de nadar es una habilidad importante en la vida y me pienso que cada persona debe ser capaz de nadar.  En la próxima, quiero seguir trabaja con los niños en la piscina y quiero les enseñar cómo nadar.

Segunda Semana

Uno de mis lugares favoritos que he visitado en Panamá hasta ahora es la isla de Taboga. De hecho, me encantó tanto que tuve que regresar. La primera semana fuimos casi todos a visitarla por un día pero este fin de semana un grupo de once personas y yo regresamos para quedarnos una noche a la casa de los tíos de Alex. Fue mejor que la primera vez porque pudimos ver la isla durante la noche y fue preciosa. La luna iluminó todo y pudimos bañarnos en el oscuro. Comimos mucha comida auténtica de Panamá, como empanadas con queso y carne, tacos con pico de gallo, carne y guacamole, y pasta con camarones. Tío Kikito y Tía Ceci son muy buena gente y nos enseño como cocinar y como bailar salsa.

La primera vez que fuimos, no tuve la oportunidad de hablar con Tío Kikito pero esta vez pasaba mucho tiempo escuchando a sus historias. Él es una persona increíble y vive su vida como yo quiero vivir la mia. Siempre se está sonriendo y riendo. Sólo quería que nosotros tuviéramos divertido. Él habló mucho sobre su mejor amigo y me explicó que él es más como un hermano. Su esposa murió hace un año así que Tío Kikito pasa mucho tiempo con él para que no esté solo. También me dijo que ha tenido tres operaciones de cáncer pero cuando yo dije <<Que triste>> él me dijo que no es triste porque si dios le mande al cielo estaría contento porque ha hecho todas las cosas que quería hacer y vive cada día como si fuera su último.  Casi lloré cuando me dijo esto. Es la verdad y yo quiero tener la fuerza que él tiene. Estoy tan alegre de tener esta conversación larga con él.

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Estoy muy triste que esta semana es nuestra última con los niños de Las Aldeas. Ir allí es mi parte favorita de este viaje. Sé que he aprendido mucho español y información en mis clases, pero creo que he aprendido más sobre el mundo y la cultura de Panamá de estos niños. Ellos han tenido una vida muy difícil pero siempre están feliz y viendo sus sonrisas cuando llegamos es el mejor sentimiento en el mundo. Había un chico que se llama Armando con quien tenía una relación muy buena, pero la semana pasado se fue de vacaciones. Aunque estoy triste creo que esta es una buena oportunidad de conocer a otros chicos más. Otro gol que tengo es conocer a los chicos mayores. A mí me encantan pasar tiempo con los niños pequeños y por eso he jugado y hablado mucho con ellos. Pero quiero hablar con los mayores porque ellos parecen muy simpáticos y habladores.

Blog Cultural #2 Samuel Ross

Durante esta semana trate de experience panamá en aspectos nuevos. Por ejemplo, en mi vida la barba es muy importante. A mi es una declaración de moda y, por eso, da me un poco de confianza. Generalmente, corto el pelo mio después de dos semanas pero aquí es un poco difícil. Cuando comino a la universidad o ir en el autobús no veo hombres con barbas. Así empiece a pensar sobre la moda en Panamá. Tal vez es un poco calor para tener una barba pero hay otros con un poco pelo, como un bigote. Ya que este pelo es muy importante a mi decidí a visitar una barbería profesional. Caminé en el centro comercio por unos minutos y no pude encontrar una barbería. Hubieron muchos peludearías por mujeres pero nada para hombres. Sin embargo, descubrí uno cerca de la salida. Cuando llegue el me preguntó que quiero. Le explique que solo quiero mantener mi barba y cortar un poco. Próximo, me senté en la silla por mi primera experiencia profesional. Con una navaja el me afeitó con mucha atención de los detalles. Cuando él estuvo trabajando en mi cara tuvimos una conversación sobre la educación aquí. Él estuvo muy feliz que los americanos quieren aprender aquí pero él no trabaja con ¨los gringos¨, un término que tengo emociones mixtas sobre, pero cuando ellos están en su barbería les hablan con respeto. Además él habló un poco de inglés pero solamente las palabras del pelo como corto, largo, mas, menos, y frases básicos. Ya no sé la cultura de propinas aquí así le di un poco más que el precio.

Esta semana fue un poco difícil con los niños. Durante la semana pasada hacemos pulseras y les dimos lesiones como hacerlos. Sin embargo esta semana los niños no recuerden y solo dijeron ¨da me lo¨ o ¨regala me lo.¨ Mandatos por cosas que estamos haciendo por amor. Así, les dije que solo puedo hacer uno cada vez y si quiera aprender puedo explicar todo. Más niños decidió que les quieren hacer algo diferente así tal vez no necesitamos hacer pulseras en la próxima semana. Con muchos niños dibujando y hablando con las mujeres en nuestra clase decide que futbol es una actividad más apropiada en ese momento. En la cancha había muchos niños con, más o menos, 8 a 14 años. Obviamente los niños viejos eran como Messi y Renaldo en comparación de los americanos pero parecía que ellos disfrutaron.

Finalmente, durante el fin de semana visite Panamá Viejo por la primera vez. Oye muchas cosas sobre el pueblo destruido y ahora estoy de acuerda. Me parece como Williamsburg colonial en los estados unidos con los edificios antiguos y una historia muy importante por el país. Cuando llegue al centro por visitantes compre una boleta y pregunte donde debí ir, porque hay un sendero en el centro. La empleada en la oficina me digo ¨camine por dos minutos en el sendero. Entonces hay una parada allá. Pare allá porque hay un autobús que pasa cada 5 minutos.¨ Después subí el torre en el centro del pueblo para ver todo. En unos momentos me sentí que el área era como un plato por juego de tronos. Fue una experiencia informativa y única.

 

Siempre Hay Más Aventuras en la Segunda Semana

Este semana yo vi la cultura de Panamá desde lo antiguo hasta lo moderno y la de la gente indígena. El sábado fui a Panamá Viejo y vi las ruinas de la ciudad antigua. Fue increíble para caminar donde la gente caminaban y imaginar que un día la ciudad fue destruido por los piratas. Me imagino que es difícil por la gente panameña para tener un recuerdo físico del tiempo de los conquistadores en la ciudad, pero al mismo tiempo las ruinas enriquece a la historia y la cultura.

Luego, fui al festival de Jazz en la Ciudad del Saber, que es un parte de la ciudad. Habían grupos de Jazz panameños y también un grupo de la New England Conservatory. Fue interesante para ver que los grupos locales representaron ambos canciones en inglés y en español, pero el grupo de la New England Conservatory sólo representó canciones sin palabras porque la cantante no pudo hablar español, y supongo que el grupo pensó que la gente panameña no entendería las canciones en inglés. También, es interesante que toda la gente escuchan a música en inglés. En la radio de los coches de Uber y de mi madre, siempre hay canciones en inglés además de las en español. Creo que este refleja a la presión para aprender y entender inglés, además de los anuncios en la calle de lecciones de inglés.

El domingo fui San Blas. Fue un día largo y un poco caro, pero valió la pena. Nos encontramos nuestro chofer a las 5:30 de la madrugada para manejar a la costa. Él se llama Pacífico, y es un hombre Kuna, pero vive en la ciudad porque no hay mucho trabajo sino el turismo en San Blas. Él salió las islas para vivir con familia en la ciudad y asistir a escuela secundaria. Fue difícil por él a aprender a español porque sólo hablaba Kuna. A Pacífico le gusta la independencia y la libertad, porque nos dijo que ha tenido muchos trabajos porque se cansa de su trabajo después de algunos años. Trabajó como policía de la frontera, pero se aburrió y ahora maneja los turistas a San Blas. Pacífico nos dijo que perdimos la temporada de las iguanas. A partir de febrero, las iguanas se reúnen para reproducir, y entonces la Kuna las cazan para comer. A Pacífico no le gusta el carne de iguana porque no es muy suave, pero nos dijo que es comida típica de la Kuna.

 

Para llegar a la costa, tuvimos que subir algunas montañas, El camino pareció como una montaña rusa, con todas las curvas, subidas y bajadas. Por suerte, Pacífico había manejado este camino por años y lo sabía cada curva. Nuestro conversación con él fue interesante. La Kuna tiene alguna tierra firme en la costa que se llaman la Comarca, y ellos la consideren como suyo, alguna tierra independiente de Panamá. Mi madre me dijo que sí la Kuna se consideren más independientes que la considere el gobierno panameño, que es el dueño de la tierra. Todavía tuvimos que pasar por una frontera cuando entramos en la Comarca, donde la policía panameña chequeó nuestros pasaportes. Pacífico nos dijo que hay muchos narcotraficantes que vienen de Colombia que intentan a entrar a Panamá por la Comarca, entonces la frontera cierra a las 5:00 cada noche.

La montaña rusa a San Blas

Cuando llegamos al puerto, Pacífico nos ayudó a tomar una lancha desde la tierra firme hasta las islas. Pasamos muchas, algunas con casas donde viven la Kuna, y algunas con playas y más turistas. Después de una hora, llegamos a la Isla Perro. Fue muy pequeña y había mucha gente, pero fue adorable y me parece como un paraíso tropical. Allí, pasamos el día en la playa y hicimos esnorkel en un barco hundido. Los hombres que nos llevaron en la lancha se quedaron en la isla por el día, igual como los otros lancheros. La gente Kuna fueron amables, pero todavía tuve la impresión de que solamente aportaron nuestro presencia allí porque necesitan el dinero de los turistas. Me parece muy difícil para convertir la tierra de casa en un lugar por los turistas, que nunca pueden entender el significado entero de la tierra. Después de la primera isla, los lancheros nos llevó a una otra isla donde viven la gente para usar el baño. No me sentí cómoda de tomar muchas fotos de esa isla para tener más respeto, pero se puede ver en esta foto que por lo general, las islas donde viven la gente no tienen playas o mucho espacio, en cambio de las islas turísticas.

Este semana en las Aldeas traje esmalte de uñas, pero por accidente compré esmalte con cepillos pequeños para dibujar decoraciones en las uñas. Pensé que habían muchas niñas que querrían pintar las uñas, pero habían pocas, tal vez porque los cepillos fueron difíciles para usar. Los niños no pueden llevar el esmalte de uñas en escuela porque llevan uniformes, pero a algunos de las niñas les gusta maquillarse durante el verano. Esta semana habían algunos niños que fueron un poco agresivos y fue importante para recordarme de sus historias. En un día, un niño se enfureció, me gritó y se huyó de mí. Quince minutos después, estuvimos jugando juntos y al fin del día, me gritó porque tuve que salir. Los niños pequeños requieren mucha paciencia y cariño. Aunque pueda ser difícil para quedarme tranquila cuando los niños no siguen las reglas, es buena practica de tener paciencia y mostrarles el amor que necesitan.

Semana 2 en Panamá: Andrew Gross

Mientras la semana pasada fui a dos viajes grandes, decidí que esta semana sería dedicada a actividades a menor escala. Por eso encontré dos excursiones—todas gratis, mi tipo favorito—que están situadas cerca de la ciudad: Parque Omar y el Festival de Jazz.

 

Haz click para ver el vlog sobre Parque Omar

Después de un camino de una hora por barrios cochambrosas finalmente me encontré en el Parque Omar, uno de los espacios verdes más grandes de la ciudad. El parque se pusieron el nombre del presidente Omar Torrijos, él quien firmó los tratados Torrijos-Carter para reclamar tierra panameña de los Estados Unidos en 1977. El parque sí mismo es un cambio refrescante del tráfico y estruendo del resto de la ciudad, especialmente porque la ciudad carece de parques. He oído un gran hombre describir el parque como el “Central Park” de Panamá, y estoy completamente de acuerdo. Adentro hay un jardín de esculturas, canchas de fútbol y baloncesto, mesas de tenis, máquinas de ejercicios y un camino de 7 kilometres que abraza el perímetro del parque. El ambiente es ánimo. Se puede oír el piar de los pájaros en los espacios más callados y la música a todo volumen en el área de fiestas. Sería altamente recomendado ir al parque por lo menos para escapar la expansión urbana que es la Ciudad de Panamá.

Más tarde del mismo día fui a la Ciudad de Saber para asistir el decimocuarto Festival de Jazz. El concierto fue al aire libre y consistió de actos de todos lados del mundo, incluso dos grupos estadounidense. El enfoque de este festival fue la apreciación de Violeta Green, una vocalista panameña de jazz que lanzó a Panamá en la escena de Jazz. Ella nació en la Ciudad de Panamá el 15 de junio de 1931. En su infancia siempre estaba rodeada por música: su madre tocaba el piano, su padre era clarinetista y su hermano tocaba los tambores. En la década de 1950 empezó a ganar impulso hasta la década 1960 en cuyo punto su mezcla única de ritmos caribeños y melodías panameñas le impulsaron al escenario internacional. La banda que realizó sus canciones fue muy bien en parte porque las canciones sí mismas son excelentes. Aunque el festival no fuera gratis yo asistiría de todos modos porque me gusta mucho el género de jazz. Los presentadores del festival nos dijeron algo al fin de la noche que ha permanecido conmigo: que el jazz es el enlace que nos conecta a todos, ni importa de dónde venimos ni que etnicidad o religión somos.

Vivo en Las Mercedes, un barrio situada en El Dorado con una población compuesta mayormente de chinos. Cada mañana en ruta a la universidad les vi a las madres y abuelas chinas bailando en el parque, y cada vez les paso quiero hablar con ellas sobre sus historias y por qué están aquí en Panamá. Esta semana al regresar de clases había una en frente de su casa trabajando en el jardín, una oportunidad perfecta para aprender más sobre la comunidad china en Panamá. No aprendí su nombre verdadero, pero el que ella adoptó cuando llegó a Panamá es Josefina. Es una abuela pequeña de más o menos 65 años con piel bronceada debido al sol panameño. Josefina me dijo que llegó aquí hace 30 años con su esposo y su niño cuando él recibió una oferta para trabajar como contador en un banco. Al principio el cambio fue abrumador. No obstante, ella se mudó en Las Mercedes donde encontró una comunidad floreciente de chinos. De hecho, una de sus amigas ha vivido aquí por toda su vida porque su abuelo fue uno de los obreros que trabajó en el Canal de Panamá. Al fin, Josefina me dijo que, por lo general, la comunidad china está tratada bien en Panamá porque el pueblo panameño sabe de las contribuciones importantes y sacrificios grandes que han hecho los chinos para el desarrollo de Panamá.

El servicio de la semana pasada fue bien. Jugué mucho fútbol y un poco baloncesto, pero los chicos pequeños no tienen la concentración ni fuerza para jugar un partido completo. En el miércoles hubo una lucha, por lo mayor parte verbal, entre un grupo de chicas. Yo no sabía qué hacer para tranquilar la situación, entonces para la semana que viene voy a leer el artículo que Profesor Cubillos nos envió sobre tratando con mal comportamiento. También, intento a empezar un partido de baloncesto con los jóvenes. Esta semana fue la primera donde los chicos de 14 hasta 17 años de edad salieron de sus casas e interactuaron con nosotros. Además, parecía que expresaron interés cuando les preguntamos si querían jugar. Espero que sí, porque al final de este viaje voy a ser permanentemente agotado de jugar fútbol, palabras que confirman que no soy latino.