La abundancia de peces y mariposas: parte i

La primera semana fue una serie de muchas aventuras.

El sábado Alexandra nos invitó visitar el chantín de su tío en la isla Taboga. El amanecer vino mientras dormíamos, y estuvimos en ruta a las 7:15 de la mañana. Esperamos el ferry por mucho tiempo, y Sam inventó un juego en la fila. Trató de llevar un pedazo de hielo con su pie. Él ganó. El ferry nos llevó lejos de la tierra firme, el canal, el feo edificio de Trump, el hombre que vendía gafas del sol, las familias que esperaban el próximo ferry, el puerto, y mis preocupaciones. Nos quedamos en la playa muchas horas y comimos mucho arroz. ¡Por supuesto, el día no era completo sin un montón de patacones! Me encantó la isla de flores, especialmente el mar. Me sorprendió que el agua hacía frío. El sol me quemó un poco, ¡pero valió la pena! Era tan hermosa.

He conocido a muchas personas y lugares diversos durante este tiempo corto. Lo más interesante hasta ahora eran los conductores.  El viernes, Andrew, Sam, y yo nos reunimos en frente de la casa de Umma y Lauren. Desde allí, nosotros cinco llamamos un uber [para cuatro personas] para ir a Napoli. Nuestro conductor se llamaba Irving. Nació en Panamá y estudió ingeniería electrónica en la Universidad de Washington. Trabajó para Nintendo y nos dijo que fue muy bueno en su trabajo. Ahora trabaja para LG y maneja carros en su tiempo libre [¡tiene cuatro BMWs!]. 

Me encanta Panamá. La vida panameña empareja la de todas las colonias españolas anteriores. Mi casa huele del cuarto de mi abuela, y la ducha es la misma de la de mi madre en las Filipinas. Hay verjas en frente de todas las residencias. Como muchos otros, es un país que conoció el dolor, el sufrimiento, la guerra, y ahora hay que proteger. Estamos en verano, y la lluvia viene y pasa como quiera. Los niños de las Aldeas disfrutan de las vacaciones mucho, y me alegre que yo pueda ser parte de su vida, si solo por un ratito. Siempre pienso en lo que fuera si yo naciera en sus situaciones. Hice un programa en residencia similar en Perú, y todo lo que querían los niños era comunidad. Todo el mundo quiere y necesita la comunidad. Esta semana, espero que pueda conocerles y, con tiempo, entenderles. Necesito saber sus intereses y sus maneras preferidas de comunicación; supe que no les gusta dibujar mucho pero les encanta hacer pulseras. Mi misión en la vida es crear oportunidades, y quiero que estos niños tengan la oportunidad compartir sus historias y sus sueños.

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