Yo Soy Panameña

En esta primeras semanas en Panamá, me he sumergido en la cultura y he observado la manera de ser de las personas. Siendo de origen Dominicano, lo encuentro interesante las pequeñas diferencias de una población tan cercana. Solamente en las pequeñas diferencias en expresiones estoy delatada como una extranjera. Entonces, en estas primeras semanas he tratado de acostumbrarme al cambio en las palabras cotidianas. Por ejemplo, donde los Dominicanos dicen “habichuelas”, granos cremosos cocinados para acompañar al arroz, los Panameños dicen “porotos.” También los Panameños les dicen “patacones” al plátano freído y majado, pero los Dominicanos les decimos “tostones.”

La primera semana, comencé tomando tres taxis. En el primer taxi me cobraron mucho mas de lo debido, porque se dieron cuenta que los que estábamos en el caro somos extranjeros. Para el tiempo que Alex y yo tomamos el ultimo taxi, estaba preparada. Después de tener una conversación corta con el conductor, el me miro por el espejo y me pregunto de donde soy. Sin parar ni un segundo, levante mi cabeza y le dije “soy panameña.” El no me creyó, pero yo seguí insistiendo hasta cuando nos fue a cobrar, nos cobro un precio razonable. Esta actitud de solidaridad con su propia nacionalidad es muy  común en culturas hispanas. Es lo mismo que cuando a un Dominicano le dicen Puerto Riqueño, no es nada en contra de Puerto Rico, pero tenemos que decir que somos Dominicanos. Esta mentalidad se manifiesta similarmente en como los taxistas les cobran precios razonables solo a los mismos Panameños.

Después, tuve un fin de semana extraordinario en Taboga y el Valle Antón, los cuales están representados en mi video. Cuando fui a Taboga tuve una experiencia liberate. Fue increíble estar en el agua cristalina y disfrutar de la comida autentica panameña del Tío Kikito, un hombre humilde y muy amable. Tío Kikito es un perfecto ejemplo de la cultura amable de los Panameños. Su gentiles y su manera de incluir a todas las personas me recordó bastante de mis padres. El día siguiente fue inolvidable también en el Valle Antón. Fuimos a escalar la India Dormida, pero desafortunadamente no pude completar el recorrido porque se me bajo la azúcar. Sin embargo, esto solamente me sirvió para motivarme a volver un día. La historia de la India Dormida una manifestación bella de la cultura indígena. Ver la historia de los indigenas, comenzando con su descubrimiento de la tierra y terminando con la historia de la india que se quedo dormida creando la forma de la montaña, marcada claramente en una piedra fue hermoso.

También tuve el honor de conocer a la tia de Alex, Tia Cecilia. Ella es una persona de estatura pequeña, con ojos amables, y una sonrisa cálida. Su humildad me inspiro, y me mostró que afortunada soy de tener todo lo que tengo. Ella es feliz con lo poco que tiene, y hace lo mas que puede con los pocos recursos que se le proveen del día a día. Por el resto de mi vida voy a tener su retrato tatuado en mi corazón.

Ultimate, tuve una semana increíble en las aldeas. Me lleno de felicidad y un poco de nostalgia ver como se llenaron de vida los niños con lo poco que le pudimos traer. En el primer día, vi una niña apartada del grupo que solamente miraba al grupo en la piscina. Me acerque tranquilamente y trate de hablar con ella. Ella no me respondía, entonces después de diez minutos le propuse una nueva forma de comunicación. Le dije que parpadee los ojos una vez para decir si y dos veces para no. Ella le encanto y así nos comunicamos. Ella no pudo nadar ese día, pero uno días después la vi muy feliz sonriéndome de la piscina. Estos niños son otro ejemplo perfecto de la humildad y la positividad de la cultura Panameña. En esta semana me voy a concentrar en enseñarles varios juegos a los niños. Ya comencé a enseñarles como jugar Marco-Polo y les esta encantando. Iremos a ver cuantas mas experiencias consigo en esta próxima semana.

Un video de la ultima semana: https://vimeo.com/199832551

Hasta Pronto,

Lesly

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