Michelle Kenney Reflexión Cultural #1

Solamente he estado en Panamá por un poco más de dos semanas, pero he aprendido mucho en este tiempo.  He visto lugares extraordinarios, he conocido personas muy maravillosas, y he cambiado mi perspectiva de la vida con el servicio comunitario.

Viajé a muchos sitios muy interesantes en mí tiempo libre, que incluyeron Panamá Viejo, Isla de Taboga, El Valle Antón, e Isla Grande.  Primero, un día después de las clases, Amanda, Jenny, Cristina, y yo decidimos a ir a Panamá Viejo para ver las ruinas y pasar tiempo en el aire libre.

Estas ruinas son los remanentes de un asentamiento de los españoles que fue creado en 1519 por Pedro Arias Dávila y cien otras habitantes.   En 1521, el pueblo fue promovido a una ciudad, que se llamaba Panamá, y era una base importante para oro y plata.  Durante los años de 1539 hasta 1563, dos fuegos dañan la ciudad, pero sobrevivió, y en 1610, Panamá tenía una población de cinco mil personas.   Además, en siglo XVII, la ciudad fue atacada por piratas e indios, y también sufrió de un terremoto y otros fuegos.  Finalmente, en el 28 de enero de 1671, Henry Morgan, que era una pirata galés, atacó la ciudad de Panamá, y sus fuerzas usaron un fuego que destruyó la ciudad y mató a muchas personas.  Entonces, Panamá fue reconstruido en un nuevo sitio, que se llama Casco Viejo hoy.

Era muy sorprendida por la cantidad y el tamaño de las ruinas, y tomé muchas fotos con los edificios antiguos de piedras.  También, nosotros decidimos a subir las escalaras de la torre de campana, y cuando llegamos a la parte superior, había una impresionante vista de las ruinas del pasado y también de la ciudad nueva.  Después de ver todas las ruinas, nosotros buscamos en las tiendas pequeñas para recuerdos.  Cuando caminábamos en una de las tiendas, el dueño de la tienda nos preguntó si cualquier de nosotros tocaba el piano.  Yo sé algunas canciones en el piano, pues, toqué un canción para él, y entonces, el tocó un canción para nosotros.  Fue una experiencia muy interesante y única para mí.

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En el primer fin de semana, casi todo el grupo de estudiantes decidió a ir a Isla Taboga para conocer el tío de Alex, y también, pasar todo el día a la playa muy bella.  Fue una experiencia muy increíble porque recibí la oportunidad a ver una de las casas de la isla, y pasar mucho tiempo con todos mis nuevos amigos.  La vista de la isla fue muy espectacular, y tomé una cantidad extrema de fotos.  El tío de Alex nos cocinó el almuerzo de arroz y plátanos fritos, que se llama patacones, y esta comida fue muy deliciosa.  Para cocinar patacones, no se usa un proceso muy difícil, pero en general, solamente se necesita aplanarlos y freírlos.  Se puede añadir la sal para sabor, pero no es necesario.  Esta comida es muy común en Panamá, y se puede compararla a las papas fritas en América. Después, nosotros exploramos el pueblo de la isla, y entonces, regresamos a la playa antes de que el transbordador llegó.  En total, este viaje fue una experiencia muy perfecta, y siempre voy a recordar la belleza de Taboga.

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Durante el tiempo en Panamá, he conocido muchas personas excelentes, pero Berenice, nuestra empleada, se destaca mucho por sus acciones muy amables y cariñosas.  Desde el primer día que llegué en este país, ella se aseguró que Amanda y yo siempre estábamos cómodas en la casa.  Nos cocinó todas las comidas cada día, y nos ayudó con cualquier cosa.  Si tengo una pregunta, yo sé que ella va a saber la respuesta, y si no, ella me ayudaría a buscar para la información necesario.  Berenice nos enseñó mucho sobre la cultura panameña, especialmente sobre el desayuno común.  Ella nos preparó muchos desayunos populares como huevos, tortillas de maíz, jamón y queso, y pavo en una pita.  Estas comidas son muy interesantes y diferentes para mí, porque este desayuno es más similar al almuerzo en los Estados Unidos.  También, cuando yo oigo la palabra “tortilla,” pienso en un tipo de pan muy plano, pero en Panamá, una tortilla es muy gruesa y frita. Además, hablé mucho con Berenice sobre mis restricciones de comida, y ella era muy complaciente cuando no pude comer alguna comida.  En general, Berenice es una mujer muy asombrosa que hace este viaje mucho más fácil para mí en todos los sentidos, como una madre. La idea de una empleada, quien vive en la casa todo el tiempo, es muy nueva para mí porque este trabajo no es común en los Estados Unidos, a menos que una familia tiene mucho dinero.  En mi casa, mis padres y toda la familia hacen todos los quehaceres y cocinen todas las comidas sin ayuda.  Sin embargo, cada dos semanas, una limpiadora viene a mi casa para hacer la limpieza y pasar la aspiradora.

Finalmente, una de mis partes favoritas de este viaje es el servicio comunitario. Me gusta trabajar con niños, y esta actividad es aún mejor porque yo sé que los niños no reciben toda la atención que se merecen.  Sin embargo, me encanta la idea que un sacrifico de dos horas de mi tiempo puede mejorar sus vidas y añadir un poco más divertido en sus días.  En el primer día del servicio comunitario, traje muchas manualidades para hacer tortugas y serpientes, y a los niños les gustan mucho.  Creo que ha hecho por lo menos cincuenta tortugas.  Quemé mis manos muchas veces, pero todavía era muy divertido.  Los otras días, pasé mucho del tiempo pintando y dibujando con los niños, y hablé mucho con ellos sobre sus animales y colores favoritos.  Conocí dos hermanas, Debbie y Milanos, quienes eran tan lindas y amables.  Estoy emocionada para pasar más tiempo con ellas, y también conocer el resto de los niños.  Quiero ir a la tienda para comprar una pelota para el juego de cuatro cuadras, y también pinturas de uñas.  Voy a aprovechar el tiempo limitado con los niños, y también Panamá, para crear un viaje muy memorable.

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