Mi Primera Semana en Panamá

Estos últimos dos semanas han estado lleno de salir mucho, especialmente en la noche. Desde que llegue, he salido mucho en la noche. He descubierto que la vida nocturna siempre está viva. Mayormente el lugar en que todos van es Casco Viejo. Ha ido a Teatro Amador (un club y mi favorito lugar de la noche), Casa Casco, Zaza, Tantalos, Malibu Spirtis, Relic e Mojitas. Puede ser un día de la semana y va ver mucha gente yendo para ya. He conocido a mucha gente de diferentes países solo por usando Uber.  He tenido una persona mexicana, hondureño, dominicano, ecuatoriano, colombiano, venezolano e panameño como manejador de Uber. El transporte de la ciudad ha sido complicado porque he visto que muchas de las calles no tienen un cartel para avisarte donde estas. Tenía que aprender unas calles y ubicaciones de unos lugares para poder llegar a la casa. El metro bus también he sido muy interesante en poder funcionar y es muy barato.

La vida nocturna no ha sido todo de lo que ha hecho. También he ido a Taboga y Puerto Belo para disfrutar de días de playa. Ambas playas eran hermosas y el agua era muy claro. Cuando fui para Taboga todos los estudiantes se reunieron en la casa de Tio Kiko, que fue un hombre muy amable que nos preparó arroz y patacones. También fue muy divertido en ir en un ferry y lancha para llegar a cada playa. Lo peor fue el próximo día cuando estaba bien quemado de la espalda y recibí mi primer “sun burn”. Ni lo podía creer.

He conocido a dos venezolanos que viven con nosotros en la casa de nuestra madre, Señora Irela. Uno se llama Álvaro y la otra Valeria. Los dos vinieron por los problemas que tiene su país. Son muy chistosos y actúan como hermano y hermana. Nos dan recomendaciones de donde visitar en la noche. Ellos están muy cercano a la Señora Irela. Desde que llegue, todo se siente como una verdadera familia y ellos nos corrigen si pronunciamos algo mal y también he aprendido palabras que se usan en Venezuela o Panamá.

Además, todos los estudiantes de la universidad hemos jugado con los niños de Aldeas Infantiles SOS. Los niños tienen mucha energía y han hecho un desfuerzo para hablar con nosotros. Me ha acercado a algunos niños para aprender de su nombre mientras están jugando futbol conmigo y otros estudiantes. He aprendido los nombres que siempre van a jugar cada día que llego a jugar. César, Samuel, Álvaro, Marcos e Carlos nunca faltan en jugar en el vivo sol. He notado los talentos de los niños, pero no hemos sido estricto en reafirmar las reglas de cómo sería un verdadero juego. La mayoría no ha hecho un saque de esquina, un saque de meta o ha empezado desde el centro del campo cuando uno anota un gol. Pienso en ensañarles en cómo hacer las cosas para que mejoren.

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